domingo, 22 de noviembre de 2009

Y el pedir dará sus frutos

Os saludo a todos a estas horas que no son para escribir sino para dormir.

En esta segunda entrega de esta mi primera experiencia en este asunto del blog,
me gustaría honrar a esos héroes ocultos que tras las sombras hacen posible nuestra
comunicación a distancia, que seamos catalogados de alumnos no presenciales
gracias al avance de la tecnología o que incluso, y es algo que infunde orgullo al más
experto profesional, se creen las condiciones adecuadas para que el tiempo dedicado
a completar una determinada actividad interactiva no se duplique innecesariamente.

Habituados al procedimiento de costumbre, más remedio no queda que el empeño
reiterativo para así darnos cuenta con estupor de qué grande es el proceso metodológico
en la enseñanza: del yo imparto clases magistrales y tú copia, con libro, pizarra y palo
para circunstancias excepcionales como telón de fondo, al !señor informático, como
se mueva usted de ahí me arruina el chiringuito!. Etapas hay muchas, y digamos
que terminarán superponiéndose unas a otras con el honrado fin de dar continuidad a
ese ciclo en apariencia renovador de las publicaciones lingüísticas. Todo se andará.

Con este tipo de bromas sólo pretendo animarme antes de repetir unas actividades que ya
pensaba concluidas, y que finalmente acabarán consumiendo más tiempo del que esperaba.

Saludos.

1 comentario:

  1. Hola José Francisco:
    He pasado por aquí y he leído tu reflexión. Estoy de acuerdo contigo, cada vez más y más la tiza y el pizarrón se sustituirán por las nuevas tecnologías. Nos tocará estar siempre al día!
    Un abrazo,
    Raquel T.

    ResponderEliminar